A veces no es necesario recurrir a la cirugía estética,

pues podemos utilizar las técnicas más modernas en medicina estética para lograr el mismo resultado.

El llamado ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en el organismo y que tiene múltiples utilidades, tanto en lo estético como en lo terapéutico.

Ejemplos de estos usos está en la capacidad de recuperación que se puede lograr posterior a un esguince de tobillo, y también, siendo la razón que nos ocupa en este artículo, su capacidad para rellenar los espacios de la piel donde se ha perdido el colágeno.

Los glúteos representan una de las partes del cuerpo que más resaltan en una mujer, su forma y tamaño dependen de la genética de cada persona.

Para algunas, esta parte del cuerpo es de buen tamaño y bonita forma, pero para otras, la falta de volumen en ellos ocasiona inconformismo y falta de autoestima.

Aunque el ejercicio físico puede ayudar a mejorar el volumen de los glúteos, esta mejora tiene sus límites y, además, requiere de mucho esfuerzo y dedicación.

Por esto, muchas mujeres optan por someterse a la gluteoplastia (cirugía estética de glúteos) que tiene varias técnicas de las que vamos a profundizar en una, tal vez la más popular.

Técnica del ácido hialurónico:

El ácido hialurónico es una sustancia inyectable que no es de origen animal.

Esta técnica consiste en el relleno de las zonas con poco volumen, como es el caso de los glúteos, pero también se puede utilizar en otras zonas del cuerpo como el busto o los labios.

Representa un proceso rápido y con una recuperación igualmente rápida.

Se basa en la infiltración de ácido hialurónico, un producto reabsorbible y natural de consistencia sólida, espesa y blanca como un gel.

Se utiliza una jeringa con aguja fina, previa la aplicación de anestesia local,  para que la paciente no sienta dolor.

El contenido se inyecta con mucho cuidado sobre la dermis de los glúteos. Para terminar, se masajea la zona tratada para que el contenido se distribuya de manera uniforme.

Los resultados son prácticamente inmediatos y solo debe esperarse un par de semanas para apreciar el nuevo volumen de los glúteos. Se estima que el efecto de este ácido puede durar entre 2 y 5 años.

Tras la infiltracion, es posible que aparezcan reacciones inflamatorias, enrojecimiento, edema, eritema, que pueden asociarse a prurito y dolor al ejercer presión. También se puede presentar induración o nódulos en el punto de inyección.

La persistencia de reacciones inflamatorias por más de una semana, u otro efecto secundario, debe ser comunicada al médico para que seleccione el tratamiento adecuado.

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